Tanto en consolas como en ordenadores, el mundo de los videojuegos se encuentra siempre en constante evolución. Eso sí, los juegos funcionan de diferente manera en una plataforma y otra. Mientras en las consolas, las aplicaciones se adaptan al dispositivo, en los PCs, los diferentes componente son los que se tienen que adecuar al juego.
Quizás uno de los motivos por lo que sucede esto es la gran libertad que les permite a los programadores trabajar sobre hardware. En cambio, la mayoría de las consolas no aceptan bien las reformas internes: no podemos cambiar la tarjeta gráfica o el procesador. Esto significa que los juegos se hacen pensando en los componentes de la consola, para que así funcionen con fluidez.
En el mundo de los videojuegos para ordenadores, uno de los elementos que actualizamos con mayor frecuencia es la tarjeta gráfica, que es sin duda uno de los más críticos para poder mover la cantidad de datos que circulan por la pantalla. De todas formas, el poseer una gran tarjeta gráfica no es garantía de un óptimo funcionamiento de los juegos, a menos que tengamos el resto del equipo configurado para poder utilizarla a máximo rendimiento.
Consola |
Configuraciones diferentes
También hemos podido observar que los juegos, dependiendo del tipo y de la tecnología usada, varían enormemente en necesidades del sistema. Por ejemplo, con de estrategia en tiempo real, por mucho sistema 3D que usen, podremos jugar con fluidez en prácticamente cualquier ordenador, mientras que no sucede lo mismo con juegos en primera persona, o simuladores, que se mueven en un entorno tridimensional real.
Todo lo citado anteriormente indica que la configuración óptima para jugar es una idea que depende del tipo de juego y de su antigüedad. Si nos lo podemos permitir, lo mejor es disponer de un equipo lo más potente posible y que nos permita actualizar todos sus elementos.
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Memoria
La memoria, al igual que sucede con los ordenadores para trabajar, es uno de los factores más importantes. Cuanta más información podamos cargar en ella, con más rapidez se ejecutará el juego, minimizando los accesos tanto a disco duro como a CD-ROM, que son bastante más lentos.
Mientras 512 MB de memoria nos permitirá jugar perfectamente con la mayoría de los juegos, podemos encontrarnos con algunos simuladores que no se ejecuten con la fluidez apropiada. En estos casos, solemos echarle la culpa a la tarjeta gráfica, pero lo cierto es que aunque pueda ser la culpable, lo cierto es que muchas veces se debe a que la placa base o el tipo de memoria no están pensadas para realizar accesos intensivos a muy alta velocidad. Lo ideal para jugar es disponer de 1 GB de memoria, si es posible DDR (más rápida), y, si la placa base nos lo permite, usando tecnología Dual Channel.
La tecnología antes mencionada nos permite prácticamente duplicar el ancho de banda disponible para cargar y leer datos en la memoria. Mientras que el tipo de memoria DDR, más común, es una de las más rápidas que podemos encontrar, siendo actualmente su máxima velocidad de 400Mhz.
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Procesador
Disponer de un buen procesador a gran velocidad es crítico para un buen funcionamiento de un juego de última generación. En parte esto es debido a los complejos cálculos que han de realizar ciertos juegos, en especial los simuladores.
Cualquiera de las dos marcas punteras (Intel y AMD) cumplirá perfectamente su función, aunque los procesadores AMD parecen mucho más pensados para juegos, ya que incorporan funciones gráficas que sólo se utilizan al máximo de sus capacidades en aplicaciones donde se mueven gran cantidad de datos de imagen 3D.
En la actualidad, el mínimo exigible se sitúa a 2.4 GHz. A partir de esa velocidad, cualquier valor es bueno para jugar, aunque es posible que en futuros juegos se nos obligue a usar los procesadores de 64bits. En todo caso no hablamos a corto plazo.
Elementos fundamentales
Disco Duro
En la época de los primero Sinclair Spectrum, nuestro "disco duro" y "CD-ROM" eran las cintas de "cassette" que usábamos para cargar los juegos y almacenar los datos. Esto nos suponía un largo tiempo de espera por cada carga, y eso que no ocupaban tanto como en la actualidad.
Ahora, debido al gran tamaño de los juegos, que en algunos casos superan los 3 CDs, vamos camino de lo mismo. Cuando instalamos un juego en nuestro ordenador, todos los datos de los diferentes CDs son almacenados en el disco duro, quedando el disco original como identificador.
Las instalaciones actuales de los juegos no suelen ser menores de 1 GB, y en algunos casos llegan a pasar de los 4 GB. Esto supone una gran cantidad de información antes de cargar cualquier aplicación. Para evitar estos problemas, lo mejor es disponer de discos duros que nos ofrezcan un tiempo de acceso bajo y una alta velocidad de transferencia. Para ello, las dos tecnologías más usadas son la SATA y la ATA166, siendo la primera, mucho más efectiva en cuanto a tiempos de acceso y velocidad.
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Aceleradora gráfica |
Tarjeta gráfica
Como hemos mencionado al principio, uno de los componentes del ordenador que necesita ser actualizado con mayor frecuencia es la tarjeta gráfica. También hemos matizado que ha de encontrarse en concordancia con el resto de equipo, ya que de nada sirve tener una tarjeta ultrarrápida si sólo disponemos de 256 MB de RAM, un procesador a 900 Mhz, y el bus AGP de la placa base es a 4X, mientras que el de la tarjeta gráfica es a 8X.
Siguiendo con el análisis, llegamos a la fluidez gráfica de un juego, que se mide en "cuadros por segundo" (fps). Si la tarjeta gráfica o el rendimiento general del ordenador, no son capaces de mostrarnos entorno a los 30 fps, notamos que el juego va a saltos. Esta cantidad también es el límite del ojo humano, por lo que el aumento de cuadros por segundo en una aplicación no es perceptible para nosotros a partir de, aproximadamente, los 60 fps.
En este punto, para conseguir un rendimiento óptimo, es ideal igualar la cantidad de fps con la frecuencia de muestreo del monitor. Es decir, si nuestro monitor lo tenemos configurado a 75 Hz, debemos conseguir en el juego 75 fps o más, para evitar falta de sincronía entre los cuadros generados por la tarjeta gráfica y la frecuencia de refresco del monitor
Para jugar correctamente, el bus de datos de nuestra tarjeta gráfica ha de ser AGP (a diferencia de las ya obsoletas tarjetas gráficas PCI). En cuanto a la velocidad del bus, aunque un 4X seria suficiente para la mayoría de juegos, es recomendable usar un 8X, que nos garantiza que no se producirán cuellos de botella entre la placa base y la tarjeta.
La memoria grafica recomendada ha de ser superior a 64MB, aunque lo recomendable son 128MB si no deseamos tener problemas con los juegos más modernos. De igual manera, es importante comprobar el ancho de banda interno de la tarjeta, o lo que es lo mismo, el caudal máximo de información que puede tratar.
En lo que respecta al procesador gráfico hay dos empresas que comparten el liderazgo: nVidia con sus tarjetas GeForce, y ATI con las Radeon.
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Monitor
En lo referente a monitores, entramos en los gustos personales de cada uno. En este punto hemos de volver a aplicar la misma solución que en el capítulo anterior con los monitores de trabajo. Cuantas más horas vayamos a estar jugando, mejor pantalla deberemos tener, con menor tamaño del punto, y mayor frecuencia de refresco. Recordemos que una velocidad de refresco aceptable se da a partir de los 75 Hz.
En lo que respecta a la elección entre monitores CRT o TFT, lo cierto es que si son de buena calidad, las diferencias consisten en que los TFT no tienen frecuencia de refresco, lo que ayuda a que descanse más nuestra vista; mientras que los CRT ofrecen imágenes más suavizadas, con una mejor fluidez de movimientos, pero pueden afectar más a nuestra visión.
El resto de componentes
Tarjeta de sonido
En la actualidad, la mayoría de los usuarios disponen de conexión a Internet de banda ancha: ADSL, cable o satélite. Este tipo de conexiones dan paso a una amplia grama de juegos online, en los que además de jugar, podemos comunicarnos por voz con los otros jugadores.
Para los juegos que no tienen esa capacidad de comunicación por voz, siempre podemos recurrir a algunos de los programas existentes para conseguirlo, como Ventrilo Client o Roger Wilco.
Hace tiempo, una característica muy importante para este tipo de comunicaciones era que la tarjeta de sonido soportaba el denominado "Full Duplex", es decir que nos permitía hablar y escuchar al mismo tiempo. En la actualidad, este problema no existe, ya que todas las tarjetas pueden recibir y enviar audio al mismo tiempo.
Una de las características que afectará a la calidad del sonido obtenido en el juego es la cantidad de canales simultáneos que podemos escuchar. En las tarjetas más recientes, este número es de 64, aunque los juegos vienen en muchas ocasiones configurados por defecto a 32.
El uso simultáneo de 64 voces afecta directamente al rendimiento del juego, ya que en algunas ocasiones, el equipo puede sufrir parones, debido a que el encargado de procesar la información y enviarla a la tarjeta de sonido es el procesador. Cuantos más canales, mayor uso del procesador.
Una de las mejores opciones a buscar en las tarjetas de sonido, si deseamos disfrutar del juego, es la aceleración por hardware, que liberará al procesador de ciertas tareas pasando a encargarse la propia tarjeta.
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Placa base
Debemos seleccionar nuestra placa base siempre buscando la concordancia con el equipo. Entre las principales tecnologías que debe soportar están: bus AGP 8X, con la que obtendremos el máximo rendimiento de nuestra tarjeta gráfica; SATA, con la que podremos instalar discos duros de alta velocidad; DDR TwinBank, que es como se denomina la tecnología que nos permitirá obtener el máximo partido de nuestra memoria.
Entre otras consideraciones a tomar, hemos de buscar una placa base que nos permita cambiar nuestro procesador por otro superior, aunque en la actualidad estos márgenes se encuentran muy ajustados.
Por otro lado, la disponibilidad de conectores USB es fundamental para los juegos, ya que la mayoría de mandos (joysticks, volantes, etc) usan este tipo de conexión. Uno de los problemas que nos podemos encontrar en este punto es la elección de USB entre los dos actuales, 1.1 y 2.0. Siempre que nos sea posible es preferible el 2.0, ya que consume menos recursos del sistema, con lo que se consigue un aumento significativo del rendimiento general.
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Lector de CD y DVD
Cuando instalamos alguno de los juegos actuales, podemos escoger: por completo o sólo parte del mismo. En este último caso, aunque el espacio requerido en el disco duro puede reducirse considerablemente, también implica que los datos necesarios que no se encuentren en él, serán buscados y leídos del CD-ROM durante la ejecución del mismo, lo cual puede ralentizarlo considerablemente.
Si disponemos de poco espacio en disco, y vamos a usar instalaciones parciales, debemos considerar la instalación de una unidad lectora lo más rápida posible. La mejor opción puede ser una que soporte los formatos CD y DVD, ya que a corto plazo, casi todos los juegos serán DVD-ROM, para así aprovechar su alta capacidad de almacenamiento.
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